Inspírate, entramos en casa de la interiorista Mónica Benjumea | Telva.com

2022-08-12 11:06:36 By : Mr. GANG Li

La interiorista Mónica Benjumea nos enseña su casa de Madrid y nos da las claves para interpretar una atmósfera tan cool como refrescante.

El ático de la decoradoraMónica Benjumea venera la luz natural y se desmarca de reglas preestablecidas con toques bohemios, golpes rabiosos de color y texturas que acarician por igual terciopelo y lino. Un paraíso privado en pleno centro de Madrid, donde la terraza es la protagonista durante los meses de verano: aquí se improvisan cenas con gratificantes tertulias de postre, que recorren lo divino y lo humano, o se transforma en el espacio más divertido para los tres hijos de la interiorista y sus amigos.

Ella tenía muy claro que la luz natural era algo prioritario a la hora de elegir su casa en Madrid y este ático reunía esta condición primordial. Es probable que su infancia sevillana haya tenido mucho que ver con esta decisión: "La abundancia de luz es uno de los mayores lujos que se puede tener en una casa y para mí es importantísima. Tuvimos mucha suerte". Su obsesión por la claridad es tan grande que es capaz de abrir un ojo de buey para que llegue a esos cuartos de baño relegados, como parientes pobres, en cuestión de ubicación.

Casi fue la terraza lo único que sobrevivió a las obras que realizaron antes de instalarse: "Salvo el perímetro principal, la tiramos entera. Para mí es básica la distribución que, en contra de las modas, me gusta que resulte bastante compartimentada". Mónica se desmarca de las nuevas reglas que eliminan tabiques entre salón, cocina y comedor. Muy al contrario, prefiere marcar los terrenos de cada uno: "Fíjate, al principio me hice un cuarto de baño abierto al dormitorio y terminé poniendo una puerta. Cuando hago casas con poco espacio, siempre separo zonas, aunque sea con un mueble bajo o una cortina".

El ideario Benjumea, que traslada a cada uno de sus proyectos de su estudio Kwanza Interiors, también persigue el objetivo de que cada atmósfera se corresponda con el lugar geográfico donde se encuentra y, además, que siempre contenga, como si fuera un jardín, su genius loci, el alma del lugar: "A mis clientes siempre les pido paciencia. Me gusta empaparme del espacio y asimilar qué es lo que realmente le va. Me resisto a generar decoraciones homogéneas. Por ejemplo, estamos haciendo una casa de campo en Jaén, donde los artesanos realizan auténticas maravillas en esparto; con esta base, hemos diseñado y encargado alfombras a medida de este material, así como pantallas de lámparas con esta fibra. Otro ejemplo: el mármol es un material que está muy de moda, pero no me gusta ponerlo en Madrid, creo que está fuera de contexto. En cambio le va fenomenal al suelo de una casa andaluza... si el presupuesto lo permite, claro".

Su decálogo cromático tiene mucho que ver con la obra maestra de Stendhal: "Sí, el rojo y el negro son algunos de mis colores favoritos". De hecho, esas notas encarnadas despuntan sobre el terciopelo de algunas butacas y divanes, y el negro queda patente en varias alfombras: "Tengo fijación con la alfombra de la entrada. No me importa que sea de Ikea. Me entusiasma cómo queda en el hall. Uno de mis proyectos de futuro es pintar de negro la pared del comedor; creo que así resaltarán mejor los cuadros. Todavía no me he atrevido".

Otro tema curioso: Mónica no atiende a reglas fijas a la hora de colgar arte: "Primero coloco los cuadros en el suelo y luego los paso a la pared. Me guío por la intuición". Esa intuición que le inspira a la hora de elegir los muebles que encontrarán su sitio en cada obra y la convierten en consumidora insaciable de piezas que se quedan huérfanas: "Tengo un almacén donde las voy acumulando. Me dan chivatazos de casas que se deshacen y allá que voy con una furgoneta a recoger lo que no quiere nadie para darles una segunda vida. Hace poco conseguí dos butacas de mimbre que mandé restaurar para instalarlas en la casa de uno de mis clientes. Me gusta mezclar estilos y épocas Creo que las antigüedades aportan mucha entidad a los espacios; hasta me gusta colgar retratos de personas anónimas, me parece que dan empaque. También reutilizar cortinas de flores inglesas de las que mucha gente se deshace".

En su casa no encontrarás luz artificial que provenga del techo, salvo la de las lámparas del comedor: "Siempre utilizo luces indirectas y, a ser posible leds cálidos. Tengo obsesión con los de 2700ªK". Los suelos de Mónica aprovechan una buena madera original: "A veces la actualizo tintándola en tonos claros. Si es fea, la pinto o, como he hecho en mi dormitorio, instalo una moqueta de lana. También me entusiasman las moquetas de sisal".

Lo de Mónica es desmarcarse: "Nunca digo "no" a empapelar la pared, pero prefiero la pintura porque me da más libertad". En cuanto a las flores, huye de ramos voluminosos que maridan distintas variedades: "Prefiero un sólo tipo de flor. Por ejemplo, un ramo de claveles o peonías que distribuyo en jarrones diferentes. ¿Hay algo más bonito que una sola vara de nardo en un pequeño recipiente de cristal?". ¿Manías? Aborrece los centros rodeados de ramas verdes.

Sus direcciones deco parten del Rastro, se detienen en Olofane, Sine Nomine y La Europea y, fuera de Madrid, le entusiasma La Fábrica de Hielo, en Marbella. En cuanto a decoradores de cabecera, el desaparecido Jaime Parladé es un referente. "También Axel Vervoordt. Hace poco estuve con mis padres en Bélgica, en una casa decorada por él y ¡casi me muero! ¡Cuánta belleza!"

Con su idea de la estética acogedora, acaba de inaugurar su última obra: los apartamentos en Sevilla La Real Casa de la Moneda. Donde antes se realizaba dinero, ahora se duerme en seis apartamentos de lujo y cuatro áticos dúplex, con servicio de hotel cinco estrellas. Es la obra "pública" más relevante de Mónica Benjumea, donde expresa su estética sevillana, donde invita a empaparse de la esencia de esta ciudad andaluza.

En un edificio con origen en el siglo XVI, vecino de La Giralda, la Maestranza y la Torre del Oro, y reformado por el arquitecto Javier Bethencourt, encontrarás sillas flamencas junto a mesas de diseño, suelos de barro típicos del sur y esa piedra fresca de Sierra Elvira. "Mi intención es que cada huésped se sienta en Sevilla y no en otra ciudad europea, por eso hemos buscado y recuperado materiales clásicos como forjas antiguas o cubierto las paredes a base de mortero de cal". Con servicio permanente de recepción, cada suite cuenta con terraza propia, piscina y cocina (aunque disponen de servicio de catering a lo largo del día).

¿Su distintivo más especial?: cada apartamento se ha bautizado con el nombre de los monumentos que retrataron, en el siglo XIX, autores prestigiosos como los galeses Robert Peters Napper y Charles Clifford. Así, podrás elegir a la hora de reservar entre La Fábrica de Tabaco, Archivo de Indias o La Caridad.

Para más información: realcasadelamoneda.com.

© Ediciones Cónica. Todos los derechos reservados.

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